Todos y todas venimos de una. Pero nunca las conocimos antes de ser mamás. Las conocimos en una nueva etapa, en la que nunca se va pero se transforma mil veces.
Una etapa que viene cargada de cosas nuevas cada día, duelos de dejar ir, cambios, logros y corazones rotos.
Mucho de su historia cuenta cosas de la nuestra, y a veces sin saber lo que le dolía hoy nos mueve y lo que las hace bailar a nosotros nos pone felices.
Pero, vivimos y crecimos necesitándolas mucho. Necesitábamos que fueran mamás siempre para nosotros, todos esos años.
Se me hace impresionante cómo una mamá saca todo lo que está en ella para hacer lo mejor que puede y sabe.
¿De dónde viene tanta fuerza?, tanto amor, tanto compromiso.
Siempre hablamos de lo especial de este planeta. Lo que hay que proteger. Los océanos, los ríos, los árboles, montañas, plantas y flores. Todo eso que quita el aliento. Creo que la maternidad está a ese nivel. Como una de las tantas maravillas.
Somos humanos y llegamos a poder vivir de esta experiencia por la maternidad.
Pagaría lo que fuera por conocer a mi mamá en alguna de sus etapas. Antes de que yo naciera o conocerla yo de adulta, en la etapa en la que yo estaba chiquita. Decirle que lo estaba haciendo muy bien.
Pagaría lo que fuera por platicar con ella de niña. Abrazarla fuerte, darle la seguridad que siempre se merece.
Preguntarle por su color favorito, verla dibujar. Pagaría lo que fuera por ser su amiga a sus 19, escuchar su risa, tomarnos un té.
Me ha caído el 20 estos últimos años, lo agridulce que es, que si bien nos va, mi mamá no va a estar conmigo fisicamente para darme la mano cuando yo sea una viejecita llena de pelo blanco.
Me encantaría hace 5 años, haber tenido la madurez que tengo hoy para decirle más cosas a mi abuela antes de que se fuera. Darle más las gracias por haber traído a mi mamá.
Entre tiempos y las cosas que no se dijeron, quiero proponerte al menos esto:
Que sí ahora que somos adultas, nos esforzamos en conocer más a nuestras mamás.
Sobre quiénes eran y quiénes son ahora. Sobre sus sueños y anhelos. Pero también de lo ligero.
Te quiero proponer este mes, hacerle preguntas. Y si tu mamá no está físicamente en este planeta, puedes escribir sobre ella, tratar de responder como ella respondería, imaginar sus respuestas.
Pero también, te propongo hacerle estas preguntas a cualquier mamá que conozcas. Porque además de ser mamás, son muchas más cosas.
Quisimos hacerle honor a todos los tipos de mamás.
A las que son chistosas, aventureras, a las que son elegantes y les gusta adornarse, a las místicas y espirituales, a las locas de las plantas que nos contagian.
Queremos celebrarles en todas sus versiones. Encuéntralas aquí
Gracias por traernos a este mundo.
Preguntas a mamá:
¿Cuál es tu recuerdo favorito?
¿Qué miedos tenías cuando eras chica?
¿Qué te hace sentir querida?
¿Qué le dirías a tu yo de 19 años?
¿Cómo describirías tu tarde perfecta?
¿Qué cosas te guardaste cuando yo era pequeña?
¿De qué quieres que me acuerde aún cuando ya no estés?
Agrega las preguntas que quieras y luego, propongo sesión grande de abrazos.
Yo te mando muchos.