Lo que tenemos en nuestro jardín

Lo que tenemos en nuestro jardín

¡Hola fam!

Espero que esta cartita te agarre feliz

¿Cómo va tu verano?

Yo estoy de viaje! En otro país y en otro continente. Me encanta salir a veces de la burbuja y escuchar otros idiomas y ver cosas diferentes que me mueven.

Vine a visitar a mi familia un rato, a celebrar el amor y la unión de dos personas, a pasar tiempo de calidad y luego de pilón a visitar algunas tiendas y lugares para agarrar inspiración.


Me gusta visitar otras tiendas y darme cuenta de cómo hacen ciertas cosas para luego tomarlas y mejorar yo en este espacio. He visto lugares súper bonitos.

Pero, en búsqueda de productos locales, ecológicos y responsables me di cuenta (una vez más) de varias cosas y llegué a una reflexión profuuuunda que quiero compartir.

A veces minimizamos lo que encontramos en nuestro país. A veces imaginamos que en lugares “más avanzados” todo es mejor y hay mejores cosas.

Cuando personas de fuera visitan Alcachofa y Romero me siento súper orgullosa porque en mi mente lo que ofrecemos aquí es ÚNICO y tiene taaaantísima alma. No he visto nada igual y eso que lo he buscado.

Me he cachado buscando en otros países y continentes algo igual.

Y es que, todos los lugares son únicos pero sí quiero recordar esto.

Muchas veces damos por sentado en México: nuestra profunda conexión con la tierra y las plantas. Desde tiempos ancestrales, nuestros antepasados han sabido aprovechar la herbolaria, haciendo remedios y productos con sus propias manos. Usar plantas para curar y respetar el suelo de donde vienen no es algo nuevo para nosotros, es una tradición milenaria.

Para ponerlo en perspectiva, la herbolaria en México tiene raíces que se remontan a las antiguas civilizaciones mesoamericanas. Los aztecas y mayas, por ejemplo, documentaron el uso de más de 1200 plantas medicinales en el "Códice de la Cruz-Badiano" en 1552, una de las primeras farmacopeas del mundo. Estos conocimientos no solo sobrevivieron, sino que se han perfeccionado con el tiempo.O tomemos la cerámica, que ha sido una parte vital de nuestra cultura desde hace más de 3000 años. Los primeros vestigios de cerámica en México datan del 2300 a.C., y la tradición ha evolucionado hasta convertirse en las hermosas piezas de talavera y barro negro que conocemos hoy.

Comparando con otros lugares del mundo, veo que esta conciencia y respeto por la naturaleza no está tan presente, no así. No de la misma forma, claramente.

En muchos países desarrollados, la producción masiva y el uso de químicos son la norma, en parte porque no tienen la misma riqueza herbolaria y de recursos naturales que tenemos en México. Por ejemplo, México alberga alrededor del 10% de la biodiversidad mundial, lo que nos proporciona una variedad impresionante de plantas y materiales para trabajar de manera sostenible.

Tomemos, por ejemplo, los jabones artesanales que usan ingredientes como el nopal, el aloe vera, la caléndula, el romero, la manzanilla y el tepezcohuite. No sólo son buenos para la piel, sino que están hechos sin químicos agresivos y en envases biodegradables. O los shampoos sólidos que eliminan las botellas plásticas y están llenos de aceites esenciales locales. Estas son pequeñas maravillas que hacen una gran diferencia.

Ni qué decir de nuestra ropa hecha con algodón o lino orgánico y teñida con tintes naturales como cáscara de aguacate o cebolla. O la cerámica que fusiona técnicas tradicionales con diseños modernos, hechas de barro local y siguiendo procesos sostenibles.

Esos productos no son solo cosas bonitas y útiles; representan nuestra identidad y nuestro compromiso con la sostenibilidad. Lo más importante es que creo firmemente que cada compra y búsqueda de estos artículos es un voto por la protección de nuestras tradiciones y nuestro medio ambiente.

Y las hace sobrevivir y quedarse.

Tenemos algo especial y es nuestra responsabilidad protegerlo y apoyarlo. No solo es cuestión de orgullo, sino de futuro. Tenemos que rescatar y aprovechar estos métodos tradicionales y adaptarlos a los tiempos modernos.

Así que, la próxima vez que estés buscando algo, pensemos siempre en lo que tenemos aquí primero. Valoremos como tesoro esa conexión profunda que tenemos con la naturaleza. Porque al final del día, cuidar y respetar nuestra tierra es cuidar de nosotros mismos y de las generaciones que vienen.

Vamos a conocer estos proyectos, a preguntarles de procesos y a inspirarnos para seguir con su legado. Apoyando, emprendiendo, comprando o sembrando.

¡Aprovechemos y celebremos lo que tenemos en México! Que no se nos olvide nunca lo preciado que es en el mundo.

Ahora, te dejo 5 productos que se me vinieron a la mente en este viaje.

 

  1. Brisas aromáticas o perfumes botánicos. Las estuve buscando por todos lados y no existen así por acá. Hechas de ingredientes nativos y con procesos artesanales de herbolaria. Son una delicia para echar en tus espacios en tu cama, en tu pijama, antes de salir, antes de meditar, al trabajar… para traer en la bolsa o dejar en el buró. Simplemente son mágicas y muuuuy especiales. 
2.  Este duo de aceites faciales o serums. Me encanta que la marca usa precisamente ingredientes y plantas nativas del desierto, como el agave, la tuna y la doradilla o el tepezcohuite y sauce blanco, humectan la piel profundamente. A mi me cambiaron la piel profundamente. Yo lo veo perfecto en las mejores boticas de alta gama en París. 
3. Ya quisieeeeeeeran otros países tener marcas y líneas completas de productos a base de la mágica planta. En la herbolaria mexicana, la caléndula ha sido utilizada desde hace varios siglos por sus propiedades medicinales y cosméticas. Este jabón así tal cual, lo veo siendo bestseller de muchas tiendas europeas.
4. En México, el uso de tinturas herbales tiene una larga tradición que se remonta a las civilizaciones prehispánicas, donde se desarrollaron métodos para extraer y utilizar los beneficios de las plantas medicinales. Por ejemplo, esta tintura de serenidad, que da paz y tranquilidad en momentos de estrés. Está hecha con Extracto a base de mezcal con rosa blanca, hinojo, manzanilla flor de colibrí y lavanda. Esta marca maravillosa trabaja con colectivos de familias Zapotecas y cuidan del suelo.  Un tesoro que NECESITAMOS apoyar y cuidar. Recomiendo ampliamente sumarnos a las iniciativas de proyectos de esta marca.
5. Shampoos sólidos que huelen delicioso, que funcionan mejor que MILES que he probado en otras partes del mundo y que tienen ingredientes de plantas que hacen maravillas por el pelo y cuero cabelludo como el romero y el aloe. Me enorgullecen las opciones que damos de shampoos sólidos. CUALQUIERA que escojas te va a hacer muy feliz.
Me los imaginé en los anaqueles de las tienditas más bonitas.

No que necesiten estar acá pero que cualquiera aquí querría tenerlo cerca.

Con cariño, Alcachofffa