Aaaay, los cambios de estación. Me impresiona lo diferente que es cada una y los cambios que se pueden notar alrededor.
El árbol de enfrente de mi casa tiene estas bolitas rojas intensas cuando llegamos a mediados de primavera. Los pajaritos las aman. Se paran en una rama y después de lograr balancearse por un rato, las pican para comer unas al momento y luego se guardan otras y se las llevan seguramente a sus nidos.
El cambio es la única cosa segura en esta vida. Y creo que también es una de esas cosas que a veces nos cuesta aceptar. Estos últimos años he aprendido que mi cuerpo también tiene derecho a cambiar. Toda yo, mi personalidad, mis gustos, mis creencias, mis amistades, mis prioridades. Tengo derecho a evolucionar y cambiar. Verme en el espejo y reconocer que me veo diferente porque cambié y que eso no es malo, es un espectáculo.
También, no siempre necesitamos lo mismo, hay etapas para todo y eso me lo enseña mi piel, mi pelo. Estaba el otro día en mi rutina diaria viendo y sintiendo mi piel y me dije un comentario bastante aprendido: “Tengo la piel acartonada”, en tono de desprecio o desaprobación. Antes ahí lo hubiera dejado, y hubiera seguido el día queriendo tapar esas “imperfecciones” y sentirme lo suficientemente decente frente a estándares de belleza para continuar con mi día.
Pero esta vez me detuve. Respiré profundo y pensé: Creo que mi piel me está queriendo decir que necesito cosas diferentes. Acabamos de cambiar de estación, hace mucho calor, mucho sol, la contaminación ha estado a tope, y si soy honesta, no he tomado tanta agua en los últimos días porque he andado ocupada. Tampoco he comido tantas verduras verdes de las que me gustan. De un momento a otro sentí que hablaba con mi cuerpo y lo escuchaba, sobre todo.
Ese día probablemente cambié el suerito que llevaba poniéndome todo el invierno y escogí uno para verano. También ese día me puse una cremita extra en la noche y masajeé mi piel mientras tomaba agua. Al día siguiente compré rábanos a buen precio en el mercado porque están de temporada, cargados en agua, fibra y minerales. Ese día reconocí los cambios y fluí con ellos. Ese día fue algo de la piel y ya pero, ese momento de escuchar y aceptar el cambio que me trataba de enseñar algo, terminó dándome una lección.
Últimamente abrazo los cambios, no sólo los de la estación. Y por eso se me ocurrió compartirles algunos de nuestros sueros y tónicos favoritos para la piel seca o deshidratada:
Serum masaje facial. Lo he estado usando DIARIO en las mañanas después de lavar mi cara. Se absorbe delicioso y es ideal para dar masajes con guasha o con las manos. Tiene ingredientes básicos pero claves para la hidratación. Es para todo tipo de piel.
Elixir de noche. Este, la piel se lo toma literalmente. Me encanta que sea para la noche porque lo absorbe por completo y en la mañana la piel amanece suave. También tiene aceite de jojoba.
Tónico facial. De mis favoritos y hasta lo cargo en la bolsa para podérmelo echar a la mitad del día. Tiene geranio y extracto de orquídeas. Aunque es un tónico, se siente que hidrata al instante. También se puede usar como sellador de maquillaje.
Estas son algunas de nuestras cremitas favoritas para hidratar a profundidad la cara:
Crema ácido hialurónico, es suave con la piel y súper hidratante. Además ayuda a la elasticidad de la piel y por lo mismo la recomiendo mucho en pieles maduras.
Crema de día. Es de aloe y aguacate y es ideal para quien necesite una crema más espesa. Con poquitita cantidad cubres toda la cara
Crema de día y de noche. La favorita para hombres. Lo que me gusta es que tiene caléndula que ayuda a regenerar la piel. Además tiene protección de rayos UV.
Estos son algunos de nuestros aceites y cremas para masajear el cuerpo y dejarlo suavecito:
Nube de algodón, el nombre lo dice todo. Es una nubecita en textura. Es una mantequilla corporal con vitamina E y lavanda que se puede poner en todo el cuerpo.
Aceite Tonificante, Para masajear el cuerpo y dejar la piel activa y despierta. Se absorbe perfecto como una crema y relaja al instante.
Crema de fuego. De las favoritas de todos. Esta crema dan ganas de nadar en ella. Hidrata y se siente fresco porque tiene ligero aroma a menta. Tocas tu piel durante el día y se siente suave suave.
Y para despedirme, quisiera invitarte a que me compartas tú qué otros cambios abrazas en los comentarios…
¡Feliz y renovadora primavera, nos vemos en la siguiente Carta del Blog!