¡Holaaa, holaaaa!
En este mes que ya casi acaba pasaron varias cositas, muucho movimiento y cambios que pronto les estaremos contando, también fue un mes en que celebramos las fechas patrias, lo que me llevó a pensar en todas esas personitas increíbles que nos visitan en la tienda y que vienen de diferentes partes del mundo… en cómo se les dibuja una sonrisa cuando les contamos que todo lo que albergamos es 100% local, hecho en México y con mucho amor.
Lo que me llevó al segundo pensamiento, y es que ser casa de proyectos cultivados aquí, también es una forma de honrar y celebrar lo que crece en esta parte geográfica de la tierra que habitamos, no sólo este mes sino a diario, porque para que germinaran y hoy se puedan seguir cosechando requirieron de muchísimos cuidados y atenciones antes…
Por eso hoy les quiero contar un poquito lo que hay detrás de algunos proyectos que nos han acompañado por varios años:
Remedios del Bosque:
A lo largo de su historia, María Violante junto con su equipo, ha regenerado más de 5 hectáreas de cultivo con métodos de agricultura regenerativa. Todo todoooo lo que pones en tu piel de Remedios del Bosque es de plantitas cultivadas en la Sierra Sur, en la Costa Chica de Oaxaca y en Huasca de Ocampo, Hidalgo.
Y siempre han tenido muy clara la relación que quieren tener con la tierra. Por eso, son conscientes de su importancia, “por lo que además de proteger más de 70 hectáreas, las que utilizan para el cultivo de sus materias primas son trabajadas con amor y respeto, materializado en técnicas enfocadas en regresar los minerales necesarios para restablecer su microbiota, pues la reproducción de los microorganismos del suelo es esencial para su recuperación, es así como han logrado mantener un suelo fértil y permitiendo que el ciclo natural de la tierra continúe”.
Chocos de Kakoa:
Lo más importante de estos chocolates es la selección del cacao que se usa para elaborar artesanalmente cada chocolatito, y por supuesto las manos de quienes lo cosechan con tanta dedicación, pues viene de pequeñas comunidades en Tabasco y Chiapas.
“Uno de los principales productores cacaoteros de Kakoa es Rafael. Su hacienda, “Hacienda Napaná”, está en Pichucalco, Chiapas. Esta hacienda pertenece a su familia desde hace 30 años cuando su abuelo la compró, sin embargo, se ha sembrado cacao en esa tierra desde 1854.
Además de cacao, se siembran piña, mamey, plátano, yuca, chayote entre otras frutas y verduras que ayudan a abonar y a fijar el nitrógeno en el suelo, al igual que a dar sombra a los árboles de cacao. Esto y las lluvias afectan directamente al sabor del cacao, es por eso, que en la época de lluvias, podemos distinguir notas afrutadas, y en época de secas, notas a frutos secos como almendras”.
Flor de venus:
Este proyecto que uff huele deliciosísimoooo con cada velita que crea, que seguro ya te has llevado a casa y sabes de lo que hablamos, inició en una pequeña cocina en Monterrey, desde siempre utilizando cera de soya y para sus aromas delis una combinación de aceites esenciales naturales y fragancias aromáticas, con una intención súper clara: “transportar a las personas a lugares específicos o crear ambientes surreales a través de los aromas”. ¿Y por qué son aromágicas? En palabras de su cofundadora Laura Carretonera:
“Me gusta pensar en ese poder del aroma, que si no fuera normal y cotidiano, pensaría que es hasta sobrenatural. ¿Cómo explicamos el poder de saber que va a llover con tan sólo oler a tierra mojada antes de que caigan las gotas, o cuando sabemos que tu vecinx está cocinando algo delicioso sin si quiera verlo? El olor a césped cortado a lo lejos. Si me lo preguntas, es pura magia".
Y por si no lo sabías, en su página web puedes encontrar las propiedades de cada velita y para qué tipo de rituales te pueden servir.
Esperamos que te hayan gustado estas pequeñas historias detrás de cada proyecto hecho en México. Y por supuesto, te esperamos en AlyRo para seguir apoyando todo lo que crece en esta tierrita.