Alimento, medicina, y amor; Cacao pa´l corazón

Alimento, medicina, y amor; Cacao pa´l corazón

El cacao es un árbol, es una semilla, es alimento, es medicina, es expandir el corazón. 

Nos ha acompañado a lo largo de nuestra evolución, desde la época prehispánica hasta la actualidad. Los mayas y los aztecas usaban el cacao como una herramienta y un tributo para conectar con los dioses y con ellos mismos. 

Hacían ceremonias en las que preparaban la bebida del cacao, la espumaban y bebían en comunidad para acercarse a lo divino. Esta bebida sagrada se convertía en un puente hacia los dioses. Pero también era una conexión en comunidad; beberlo juntos, para crear lazos y fortalecer el sentido de pertenencia y colectividad. Esta era una práctica tan valiosa como el cacao mismo. Se preparaban los espacios con música, acercando la naturaleza con plantas y hierbas, además de pronunciar cantos y rezos para unirse a la divinidad. 

Estas ceremonias colectivas también se trataban de hacer una pausa para tener un espacio de agradecimiento e introspección. Se le agradecía a los dioses por su generosidad y se les ofrecían tributos para demostrarles su devoción.

Hoy en día se sabe que los componentes químicos presentes en el cacao también ocasionan efectos físicos como una mayor irrigación sanguínea, por lo que ahora nos suena tan lógico que se creyera desde la antigüedad que el cacao expande el corazón. ¡Claro! Imagina que después de beber cacaíto, tú corazón bombea más sangre, late más fuerte, y por lo tanto se hincha, crece un poquito, se expande.

Ahora tiene mucho sentido que se le llame el “alimento de los Dioses” ¿no crees? Piensa en toda la conexión que se ha creado con esta hermosa planta; en todos los seres que le han confiado sus procesos de reflexion, de aprendizaje y que le han agradecido por todas las bendiciones de la vida. Sin duda beber cacao es una práctica hermosa, cargada de muchísimo significado espiritual, de apertura y de unión. ¡Qué mágico! 

Tú bien sabes que acá en Alcachofa y Romero, estamos enamoradas de todo lo que nos haga conectarnos con lxs otrxs y con la tierra. Si te nutre en cuerpo y alma, nos encanta. Por eso creemos y confiamos mucho en una marca hermosa que está creada con el mismo amor con el que ya te conté que nuestros ancestros preparaban su deliciosa bebida espumosa. 

María Cacao es una marca que tiene el mejor cacao de “Grado Celestial”. Celestial porque es preparado a mano con todo el cuidado. Celestial porque viene directo de productores que le dan todo el amor a esta planta sagrada. Celestial porque te conecta contigo y con el mundo. Celestial porque su sabor y su espumita te llevan al cielo. Celestial porque busca acercarnos muchísimo a estas prácticas que se han considerado divinas.

María y su equipo preparan en su taller cada barra del mejor cacao orgánico. Y lo hacen de forma artesanal, para que tenga el mismo valor espiritual de esas hermosas ceremonias de aztecas y mayas. Así tú también puedes tener esa gran experiencia de introspectar con el cacao.

Acá te van unos tips para que puedas crear un espacio lindo acompañadx del maestro cacao:

Elige un buen momento y un buen lugar

El cacao tiene la capacidad de estimular el sistema nervioso, por lo que te recomiendo que hagas un espacio en la mañana, justo al iniciar el día, para que te llenes de la mejor energía espiritual y física después de tu ceremonia personal.

Busca que sea en un lugar cómodo para ti, en donde puedas prepararlo y beberlo con toda la tranquilidad y comodidad que se requiere. Puedes perder velas, inciensos, sahumerios, poner música; o lo que sea que te ayude a entrar en un estado de calma y paz.

Prepáralo con intención

La receta que te recomendamos es simple y ancestral:

  • Calienta agua. Siente como el vapor corre por el lugar y va llenándote de calorcito. 
  • Troza tú porción de cacao. Ve rompiéndolo poco a poco, percibe las sensaciones y aromas que llegan a ti. 
  • Integra. La mejor forma de obtener una bebida espumosa es licuando bien. Recuerda que este cacao es 100% puro, por lo que no se va a diluir fácilmente. Para integrarlo debes licuar los trozos y el agua caliente. Si no estas acostumbradx al amargor, este es el momento perfecto para endulzar con un poquito de miel de agave o monk fruit.

Obsérvalo y obsérvate

Sirve tu cacao en esa taza especial. Mira esas preciosas burbujas y los arcoíris que forman. Fíjate en lo que sientes, en como tú respiración va más lento, en como el aroma de la bebida llega a tu nariz y sus notas invaden tu cuerpo. Lo rico que se siente tomar la taza calientita entre tus manos.  

Expande tu corazón

Bebe. Bébelo con calma. Siente en tu boca cada sensación. El calor, la amargura, las burbujas, el espesor. Deja que tu cuerpo reciba sus bondades. Observa como tu corazón late más rápido y tu cuerpo se relaja.

Agradece

Recuerda que las razones principales de estas ceremonias era agradecer e introspectar; conecta con ellas. Ve hacia adentro. Puedes comenzar agradeciéndole al cacao y continuar con tu lista personal de agradecimientos. Piensa en esas cosas que deseas reflexionar y aprovecha el tiempo que te tome terminar tu taza, para darles forma, para mirarlas desde perspectivas que tal vez no habías considerado. No olvides que nuestros ancestros pensaban que el cacao ayuda a hablar desde el corazón. Así que sé sincerx contigo y háblate desde el fondo de ese hermoso corazón latiente.

Cierra con amor

Apapáchate y agradécete por darte este espacio. Agradece al cacao por ser herramienta y ayudar. Puedes cerrar los ojos y hacer algunas respiraciones antes de terminar. Abrázate fuerte, fuerte.

Lo que te proponemos aquí es un espacio personal, tú solitx y el cacao. Pero recuerda que las ceremonias se hacen en comunidad, así que también puedes invitar a tu familia y amigxs a que vivan esta experiencia en colectivo; para que el amor, el apapacho y la conexión se multipliquen y nunca acaben.

Las ceremonias son y siempre serán espacios sagrados que deben ser respetados. Lo que te recomendamos acá es hacer un pequeño acercamiento usando algunos los elementos principales que hoy sabemos que han ayudado por generaciones a gozar de las propiedades y bondades del cacao.

Nosotrxs somos sagrados. Nuestras plantas son sagradas. Y mientras siempre conectemos desde el respeto y desde el amor nuestras prácticas también lo serán.

No olvides tener el corazón abierto, dejar que tu mente se expanda y tomar fuerte tu mano y las manos de tu tribu. 

Puedes encontrar este mágico cacao aquí

                                    

 

Con amor, Mar.